JetBlue y United Airlines anunciaron en mayo de 2025 una alianza comercial estratégica denominada Blue Sky, diseñada para ofrecer mayores beneficios a los pasajeros sin caer en los errores regulatorios del pasado. A diferencia de la fallida Northeast Alliance entre JetBlue y American Airlines —que fue anulada judicialmente en 2023 por reducir la competencia—, Blue Sky no es un Joint Business Agreement (JBA), sino una alianza interlínea avanzada que preserva la independencia operativa de ambas aerolíneas.
El corazón de Blue Sky está en su enfoque centrado en el cliente. Gracias a este acuerdo, los viajeros podrán acumular y canjear millas cruzadamente entre MileagePlus (United) y TrueBlue (JetBlue), disfrutar de beneficios elite compartidos, y acceder a más rutas y mejores conexiones, especialmente en el noreste de Estados Unidos. Además, JetBlue usará su plataforma tecnológica Paisly para ofrecer paquetes de viajes en el sitio web de United, integrando reservas de hoteles, autos y seguros.
A nivel operativo, el acuerdo incluye un intercambio de slots en aeropuertos clave: United regresará a JFK a partir de 2027 con hasta siete vuelos diarios, mientras que JetBlue expandirá su presencia en Newark. No obstante, Blue Sky no implica reparto de ingresos, coordinación de precios ni codeshare formal. Esta estructura fue clave para obtener la aprobación del Departamento de Transporte de EE. UU. en julio de 2025, al demostrar que no reduce la competencia de manera sustancial.
En contraste, la Northeast Alliance entre JetBlue y American sí fue considerada un JBA, con coordinación de horarios y reparto de ingresos en rutas del noreste, lo que llevó a su cancelación por parte de un juez federal al considerarse una amenaza para la libre competencia. Blue Sky representa un nuevo enfoque: una colaboración comercial inteligente y limitada, que permite a ambas aerolíneas competir globalmente sin fusionarse ni perder identidad. La implementación comenzará en otoño de 2025 y se desplegará por fases.

Con la entrada en vigor de Blue Sky, el mercado aéreo estadounidense se rebaraja significativamente, especialmente en el estratégico corredor noreste. La alianza permite a JetBlue reforzar su posicionamiento sin fusionarse ni ceder autonomía, y le brinda a United una vía para recuperar presencia en JFK, uno de los aeropuertos más codiciados del país. Al evitar los elementos típicos de un JBA, ambas compañías logran sortear el escrutinio antimonopolio mientras desafían el dominio histórico de gigantes como Delta y American. Blue Sky inaugura una nueva era de alianzas flexibles, donde la cooperación táctica reemplaza la integración profunda, y donde la clave está en generar valor para el pasajero sin sacrificar la competencia.


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