La huelga del Sindicato de Pilotos de LATAM Airlines (SPL) se hizo efectiva durante la madrugada, luego del fracaso de las conversaciones con la empresa y el cierre sin acuerdo del proceso de mediación obligatoria. La medida de presión, que involucra a más de 460 pilotos, marca uno de los conflictos laborales más relevantes en la aviación chilena de los últimos años.

La paralización ya ha provocado la cancelación de más de 170 vuelos nacionales e internacionales, afectando a cerca de 20 mil pasajeros durante los primeros días del paro. La compañía activó planes de contingencia para mitigar el impacto, pero advirtió que podría haber nuevas modificaciones en la programación si la huelga se extiende.

El desacuerdo surgió tras el rechazo mayoritario de los pilotos a la última oferta de la aerolínea, que según el sindicato no respondía a las expectativas en torno a mejoras salariales, condiciones laborales y reconocimiento profesional.
Los trabajadores exigen la restitución de beneficios previos a la pandemia y una participación más equitativa en los resultados financieros del grupo, que este año registró utilidades históricas.

Desde el gremio aseguran que la huelga busca “recuperar derechos postergados” y no una confrontación con la empresa, aunque admiten que están dispuestos a mantener la paralización mientras no se produzca un avance real en las negociaciones.

La huelga ha generado ajustes masivos en la operación de LATAM, tanto en rutas nacionales como en trayectos internacionales. La empresa ha reprogramado vuelos, ofrecido alternativas de traslado y habilitado reembolsos sin costo para los usuarios afectados.

“Estamos haciendo un tremendo esfuerzo por entregar la mejor solución disponible para todos los pasajeros que están siendo afectados por esta situación, manteniendo la conectividad del país, en particular, de aquellos territorios que más lo requieren”, señaló Paulo Miranda, vicepresidente de Clientes de LATAM Airlines Group.

Se estima que, si la paralización se prolonga, más del 60 % de la red aérea chilena podría verse alterada, afectando especialmente a las regiones del norte y del extremo sur, donde LATAM concentra la mayoría de sus operaciones.

Reacción de las autoridades

El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y la Dirección del Trabajo monitorean de cerca la evolución del conflicto.
Desde el Gobierno se ha hecho un llamado al diálogo y la responsabilidad, considerando que LATAM cumple un rol estratégico en la conectividad nacional y regional.

Las autoridades evalúan eventuales medidas para asegurar la continuidad de vuelos esenciales hacia zonas extremas y garantizar el transporte de emergencia o sanitario en caso de necesidad.

El sindicato mantiene su decisión de continuar con la huelga mientras no exista una propuesta que considere sus demandas principales, las cuales giran en torno a la estabilidad laboral, la equidad salarial y la seguridad operacional.

Por su parte, LATAM ha reiterado su disposición al diálogo, pero insiste en la necesidad de alcanzar un acuerdo sostenible en el tiempo, que permita compatibilizar la competitividad de la compañía con las legítimas aspiraciones de sus trabajadores.

El paro de pilotos ocurre en un momento de recuperación sostenida del tráfico aéreo en Chile y Sudamérica. Una prolongación del conflicto podría afectar la conectividad internacional, alterar itinerarios de carga y generar un impacto en el turismo y la economía regional.

Los analistas del sector advierten que una solución temprana es clave para evitar que la huelga se extienda y deteriore la imagen de la principal aerolínea del país.

Recomendaciones para los pasajeros

  • Revisar periódicamente el estado del vuelo en los canales oficiales de LATAM.
  • Anticipar la llegada al aeropuerto con al menos tres horas de antelación.
  • Optar por reprogramaciones digitales o solicitar reembolsos sin costo.
  • Verificar seguros de viaje y condiciones de conexión internacional.

La huelga de pilotos de LATAM no solo impacta la operación aérea, sino que abre un nuevo capítulo en las relaciones laborales del sector aeronáutico chileno.
El resultado de este proceso sentará un precedente en las futuras negociaciones colectivas y en la forma en que las empresas del rubro abordan los desafíos post-pandemia.

Mientras tanto, la región Sudamericana observa cómo el diálogo o la falta de él definirán el desenlace de un conflicto que mantiene en vilo a miles de pasajeros y a toda la industria aérea nacional.

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«Las decisiones que tomemos hoy definirán el rumbo de nuestra industria durante las próximas décadas. Vamos a trabajar con los Estados y la industria para fortalecer la seguridad, modernizar la navegación aérea y promover una regulación clara, justa y armonizada. Los impuestos deben ser previsibles y transparentes, y la sostenibilidad, un compromiso compartido por todos.”

~ Juan Carlos Salazar, secretario general de OACI