Spirit Airlines, la aerolínea de ultra bajo costo de Estados Unidos, enfrenta un nuevo y complejo capítulo en su historia financiera y operativa. La compañía se acogió nuevamente al Capítulo 11 de bancarrota, apenas un año después de su anterior reestructuración, luego de que AerCap, uno de sus principales arrendadores de aeronaves, decidiera rescindir contratos de leasing sobre parte de su flota de la familia Airbus neo. El arrendador canceló la entrega de aeronaves previstas para 2027 y 2028, además de declarar incumplimientos en contratos vigentes. Esta medida puso en jaque los planes de expansión de Spirit, que dependen directamente de mantener una flota moderna y eficiente para sostener tarifas bajas.
¿Qué significa “neo” en Airbus?
La familia A320neo (New Engine Option) es la evolución de los aviones más vendidos de Airbus. Incorporan motores de nueva generación y mejoras aerodinámicas que permiten reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO₂ en un 15% a 25%; disminuir el ruido en aeropuertos; y aumentar el alcance en rutas de media distancia. Spirit ha apostado por los modelos A320neo y A321neo para renovar su flota y reforzar su competitividad en un mercado donde los márgenes de rentabilidad son mínimos.
En este escenario, Spirit baraja diversas opciones y según analistas del sector las alternativas a seguir se restringen a:
- Renegociar contratos de leasing con mayor flexibilidad.
- Optimizar el uso de sus aviones más eficientes, retirando los modelos antiguos como los A319.
- Buscar liquidez a través de créditos, acuerdos con fabricantes de motores o venta de activos.
- Mantener una comunicación transparente con pasajeros e inversionistas frente a eventuales ajustes en frecuencias y rutas.
En cuanto a las consecuencias inmediatas, Spirit Airlines anunció que dejará de operar en 11 mercados de Estados Unidos y que suspenderá lanzamientos. Estos ajustes, que comenzarán a aplicarse desde octubre, afectan rutas como Las Vegas–Albuquerque, Newark–Columbia, Detroit–San Diego y Los Ángeles–Salt Lake City. Asimismo, se cancelará el proyecto de conectar Fort Lauderdale con Macon, en alianza con Contour Airlines. Más aún, Spirit reconoció que, sin nuevas fuentes de liquidez, podría incluso cesar operaciones en un plazo de 12 meses.
Según la empresa, la estrategia actual busca concentrar recursos en los mercados más rentables, utilizando de manera más eficiente su flota y replanteando las oportunidades de crecimiento. Como explicó el CEO Dave Davis se trata de un enfoque integral donde la aerolínea será “mucho más estratégica” con respecto a los destinos y operaciones que mantenga.
En paralelo, United Airlines ha comenzado a reforzar varias de las rutas que se superponen con las que Spirit está reduciendo, aumentando su capacidad en esos mercados. Este movimiento refleja cómo las decisiones de una aerolínea bajo reestructuración pueden abrir espacio para que otras compañías ajusten su red y capten pasajeros.


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