Sudamérica está dando un paso trascendental hacia la integración digital global con el desarrollo del Cable Humboldt, un proyecto que promete transformar la conectividad del continente y abrir nuevas rutas de intercambio tecnológico, científico y económico. Pero ¿qué es exactamente este cable y por qué debería importarnos a todos en la región?
El Cable Humboldt será el primer cable submarino de fibra óptica que conectará directamente a América del Sur con Oceanía y Asia-Pacífico, trazando una línea desde la costa del Pacífico sudamericano hasta Sídney (Australia). En su trayecto, pasará por países y territorios clave como Nueva Zelanda, Polinesia Francesa e Isla de Pascua. Esta conexión reducirá drásticamente la dependencia de rutas digitales que hoy pasan por EE.UU. o Europa, acortando tiempos de transmisión y aumentando la autonomía tecnológica de la región.
Para Sudamérica, este proyecto significa mucho más que velocidad de internet: representa una oportunidad histórica para integrar nuestras economías al flujo de datos global, atraer centros de datos, fortalecer la ciencia regional, impulsar servicios digitales soberanos y dar protagonismo a países del sur en un mapa digital dominado por potencias del norte. El Cable Humboldt no solo es infraestructura: es una apuesta estratégica por el futuro digital de todo el continente.



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